domingo, mayo 28, 2006

Leyendas del visitante sin patria o el carricero políglota

Laberinto

He ordenado trazar un laberinto
de muros elevados e inasibles
y he mandado encerrar en sus tinieblas
a un monstruo que hace tiempo alimentaba.
Solamente conozco yo su nombre
y por qué no perdona al indeciso.
Nunca paseo por sus negras calles,
no sé si por temor a conocerlo.
De noche me despiertan los opacos
alaridos de mi víctima y verdugo.
Mi obra, entonces, me inquieta, y no consigo
recordar qué me ha impulsado
a recibir con sangre al visitante.
Me dicen que vendrá un hombre sin patria
y que penetrará en el laberinto
buscando sin terror su oscuro centro:
Cuando la espada hiera al monstruo infame,
Mi corazón conocerá el descanso.

JULIO MARTÍNEZ MESANZA
Visitante sin patria
Este es el poema que ayer traté de memorizar mas olvidé. Y hoy que buscabamos una casa pude apropiarme de su esencia y estructura. Tuve que tomarlo por asalto sin dejar evidencia de mis huellas, fue una toma furtiva, desde arriba, pero ahora estoy dentro del mapa.
Hasta este momento es el poema sobre laberintos que más se aproxima a lo que busco, mejor dicho, a lo que estoy construyendo y adonde me he perdido.
Sin salida soy yo la única puerta y entrada a mí mismo. Mi víctima y verdugo, el visitante sin patria que ha de herirme sin vacilar en esta urbe sin cielo de desoladas calles que yo he planeado.
Saldré tuerto, o ciego o sin mi alma... esa es la consigna que soberbio he pactado con el monstruo a cambio de matarle en el oscuro dédalo. El trofeo, una siringa de cristal.
Existe la posibilidad de que yo tome su lugar, pero antes he extraído de los rayos del sol, la luz, en un espejo que ha de guiarme a mi destino. Mas advirtiéronme que la hija de los abismos, la más pura, había tomado su lugar y que tendría que cuidarme de su risa noctámbula. Terrible suerte silenciosa la danza de sus fuegos fatuos que escoltan mi marcha sobre la linde de ojos fríos llenos de furia aliterada más allá del Aqueronte y viajaré cual ave lira imitando la poesía que recítanme las raídas tumbas.
Yo no encontraré descanso. Sin alma soy como un cuerpo fragmentado, etérnamente muerto.

So much pain for nothing

Se están creando universos que no son,
que pervierten mi imagen a raíz de lo que emito.

Si los dioses escucháranme les pediría una buena memoria que rencore todo lo que vivo:
Fractal dolor inmenso acuñado en la fragua de los caprichos incubados.

Mi humanidad aparece desglosada:
Tengo un tratado inmenso de mis comportamientos y emociones
que de nada tienen validez en un mundo racional generativo.

Intuyo una secuencia que lejos de mi potestad se halla.

Pero vuelvo a equivocarme desde el principio al confiarme de los dioses que no me oyen,
que no me hablan... Tanta soledad en este mundo redondo que empieza a incharse tan cuadrado... Como hace eones díjome un amigo, es una singular trascendencia de laberintos singulares, donde heme ya perdido buscando un poema que quise recitarme frente a los muros del brutal destierro.

Entré a mis laberintos como un hombre sin patria, sin duelo, armado y sin salida. Hoy me busco en tu mirada y no me encuentro. ¿Será que estoy vacío, que en batalla perdí mi alma devorada por la bestia ciega y muda?

Tantas trampas en las que he caído jugando iluso como gallinita ciega a las escondidillas... Un dos tres por mí y... vuelvo a contar y... no encontré a nadie.

Si los dioses me escucharan, pediríales sin miedo el destierro total de mi existencia... pero no me acuerdo y continúo vagabundo como un cínico.

La furia se derramará tanto en mis ojos que sería un error...

Sólo no digan que imposible ya es nombrarme, que vaciado como estrella muerta sin enigma y descifrado tornéme desechable.

Estoy cumpliendo mi existencia al cien por ciento...
Por ti
mi voz
la he sacrificado.

Y he aquí la última mirada profunda que lanza un hombre a los hombres al subir el último peldaño del cadalso:

Me puse yo la soga al cuello... He hablado.

martes, mayo 23, 2006

Irónicos ídolos

Esto es ser hombre: horror a manos llenas
Ser -y no ser- eternos fugitivos.
¡Ángel con grandes alas de cadenas!
BLAS DE OTERO


Oníricas sombras sólidas arañando ciego voy ahogándome de sed... De sal serán mis sueños que caen en el embudo de un osario y pálido reloj de arena... Sobre el costado del pautado silencio, deambulan notas órficas noctívagas, fantasmales.
Y permanezco.
Mi trabajo es muy sencillo, soy un coleccionista de alcalinas quimeras de cristal. Mi hogar aún es más austero, vivo en una caja y en ella guardo mis secretos y reliquias ocultos al tacto de profanos.
No me agrada estar en deuda con nadie. I´m a lucky bastard. Of course I am. Me oculto para que no me deban; si debo, pago y me oculto. Así funciona este ritual, mi inviolable sistema de intercambio de salvas semillas, salinos y brillantes miligramos...
En mi trabajo no dejo cabos sueltos. Mi manual es un exacto atomismo. Muelo hasta la última partícula y la dejo llover pulida y resbalarse en el abismo inexorable del tiempo, en el arco oscuro de las horas echas polvo.
Soy el gran transparente, el que fluye enraizándose en la nada nadando en espiral continua cayendo en mi ojo diamantino...
La entrada está en la salida: Miro, lo efímero, a través del / vidrio /el zeugma a través del /enigma/
Bebo del ánfora la muerte, de sal y arena pálida, a manos llenas escurriéndose la láctea atómica cascada.
. . . . .
. . . . .
. . . . .
. . . . .
.....
...
..
.
Su risa se desgrana en constelaciones nebulosas.
Polvos de vidrio inundan mi posada figurándose en minúsculas leyendas.
Lejos de tu mano alzada, el cielo; mas a ti te atrae la gravedad de esta raída sombra. Y cae cansada a cuenta gotas sin distancia.
Tan hueco en aumento es el descenso.

Voz Sin-Sentido

Recuerdo la leyenda del uno diagonal que cruzó el cero y que cayó acostado, desmoronándose en silencio. Esa unidad soy yo.

La imagen que de mí tenía no ha sido y fue más que un vil holograma. Ahora me descubro falso y lleno de errores. Sabía que estaban ahí pero que no eran tan inmensos como ahora que aseméjanse a hambrientos hoyos negros que amenazan con devorar la trémula luz mía. No hay nada que admirar en mí, adjetivo calificativo no merezco en esta carne cancerosa.

No soy mejor que los demás y eso, ya no me preocupa, me deja ser consciente y me libera de mí mismo y de ese peso ególatra.

eso me hace pensar que no les debo nada (a nadie) ni a mí mismo.

Ahora que vago con tan horrible certeza clavada en mi cabeza (maldita imagen cristiana) falta por saber que diablos voy a hacer letárgico, aquí en esta fría sombra que cobijo...

Al menos, no fallar es mi consigna, como antes... Pero yo entiendo que hay etapas en las cuales erramos porque es necesario aprender de eso para el crecimiento personal. (Mera superación, me avergüenzo de mí pero ya no me queda dignidad, estoy destruído). Prefiero verme ciego a volver a ver lo mismo de mí (espero que los encargados de los poderes divinos no tomen en cuenta esa blasfemia o me veré en serios problemas) No, al menos déjenme la dignidad de valerme por mí mismo, por mis propios ojos, mis sentidos, mis brazos y mis piernas.

La imagen que de mí tengo no es la que imaginaba cuando tenía veinte años. Me da vergüenza escucharme a mí mismo, no sé si digo la verdad o si digo una mentira. Aunque no me importa tenerla ya... ¿Alguna vez he tenídola acaso? Prefiero no escucharme (y no estoy aplicando la del secretario negón) o cada voz que de mí salga alimentará a esos titanes que me sumergen en mi propia y succionante oscuridad.

Más me vale estar ciego o mudo... o muerto... Así ni a mí ni a nadie afectaré.

De hecho tuve un sueño en el que los dioses me advertían que no hiciera nada que desatara la furia de las bacantes o me cortarían la cabeza y me sacarían los ojos; pero me dijeron que no me preocupara pues que ésta sola encontraría la manera de llegar al Parnaso (iba a decir Cielo pero no está muy de moda sentirse divino.)

Vaya mentira, no merezco llegar allá. Prefiero degradarme y no ver ni un átomo mío nunca más.

Mi voz es el espectro: apunta sin rumbo, fijo, sin sentido.





De: Lírica Inmersa (otro ideario más oculto)

jueves, mayo 18, 2006

I´m on my own

Una máscara blanca es un boceto en rostro.

Sólo una pálida luz aliena la distancia entre los aplausos y la soledad. Ocho tragos de vidrio y estoy al aire, improviso mi sentidos, les doy vida a mis vergüenzas y no hay nadie que me asista, pero estoy viviendo de aplausos que no me corresponden porque no sé recibirlos.

Pero voy solo a esperar al taxista que me lleva al otro infierno. Me espanto vomitando óbolos que son prestados. Igual, no puedo devolverlos, y de otra instancia, no tienen validez.

No le digo mi destino. Voy en camino atravezando un laberinto prismatoide.

Qué bueno que ya no volveremos a encontrarnos...

Caronte aguarda...

Renuncio a todo lo que ya he visto.

domingo, mayo 14, 2006

Amanece

Amanece... no sé que hacer;
me levanto, igual que ayer...
(...)



Yo soy el daimon que se alimenta de sus propios sueños órficos. Sí, un transgresor, aunque no quieras escucharlo. {¿Te lo digo en secreto? Un transgresor de todo y cada uno de los reinos. Sé el secreto mórbido que la naturaleza oculta.}

Pero me gusta más violar el reino de los ojos y liberar la luz cautiva en sus superpoblados de ecos silencios: nubes morfosintéticas empujadas por una mano invisible, la gran palma de aire:

Alquimia: vaho

Tránsito de diosas perezosas, mudos sueños contemplados desde mil almas dispersas, albos mimos transigentes que juegan a decir silencio por medio de un histrión vapor tangible.

Violo porque soy ciego y mi mirada es una lágrima de vidrio que lacera la carne de mi rostro incierto.

En el umbral mis ojos son apenas cuencos acueductos, muy abandonadas ruinas.

Y veo lo que el viento me surrura: la brisa de abril salivando en el bosque de palmeras, rezagada y harapienta luz indescifrable: La marisma es un limbo de bocas donde hierven de espuma las palabras, las quimeras...

Es el reino amniótico del que están hechos mis ojos donde se oye el vidrioso halo de los dioses; donde amanecen los sueños que danle forma al tacto.

Y veo lo que violo.

sábado, mayo 13, 2006

I couldn´t explain what I´ve seen

Algún día se detendrán los astros en medio
de la noche para que ella lo vea y sonría con
ganas de volverse roca.
(...)
Nadie sabe por ahora qué ocurrirá en esos días
verticales, el mundo se prepara inventando
holocaustos para calmar la furia del silencio que se
extiende como plaga anticipada.
(---)
Y yo quedo temiendo que la noche vuelva a
hincharse.
ÁNGEL CARLOS SÁNCHEZ
Hearing: The Test
Chemical brothers feat Richard Ashcroft



El hombre anónimo calla. Sigue adentro de la Metrópoli de los Sueños mirando lo que ha quedado de cielo: estrellas de silencio. Todo se lo han llevado, parece. Que ya no habrá más tiempo, fue lo último que escuchó. El hombre anónimo camina con un extraño libro en su costado: soñando esto, soñando aquéllo, figuras, hologramas, dioses, ídolos que abandonan la seguridad del Absoluto.
Escucha un lejano aleteo de palomas... parecen ser balas, cree histriónico.
Sombras de tristeza deambulan por ahí, recuerda que hubiéronle dicho. Desatádose ha el Infierno que desfila detrás de la Muerte como cucarachas silentes sin concilio, leyó.
Tres helicópteros guerreros pronunciando palabras feroces con un altavoz sobre la selva mostraban las carnes laceradas y desnudas de un cristo muerto clavado en la cruz helicoidal de la máquina volante del centro... No entiende ese sueño, y ya no existen pintores surrealistas que plasmen esa pesadilla, para que quizás, algún josé lo interpretase.
Ahora todo calla. No existe peor ruina que el silencio enmohecido.
El hombre anónimo cruza la metrópoli aplastando pavesas y astillas de una multitud de cráneos rotos.

martes, mayo 09, 2006

Desde el Limbo Semiótico

(...)

But I'm gonna die in a place that don't know my name
And I'm gonna cry in a space that don't hold my fame.
God knows you're lonely souls (...)
UNKLE-Lonely souls

Con esta canción empiezo mi andurriaje... Creo que siempre hay un momento y un lugar... Un día en el que todo empieza cuando acaba... El desierto crece. Vivo en la Era del Vacío, no es ningún secreto pero quizás sea otra de esas mentiras filosóficas que nos ayudan a existir (en vano.)
Caminemos almas solitarias al ritmo de este soul melancólico urbano-desértico, siguiendo las nota ciegas de un piano reanimado por un jazzista negro. Alguien me dijo por ahí que iría errante por las soledades. Si es con esa batería me atrevería a acompañar a mi séquito mortuorio hasta mi tumba... Si es con ese piano, hasta me atrevo a caminar descalzo sobre las monstruosas aguas del Estigia.
¿De qué me sirve vivir una vida donde los símbolos devienen siendo los símbolos de otros símbolos y otros símbolos, (espectaculares)?
Hay un fantasma en mí.
Es la decadencia de no ser visto, de no ser escuchado y de vivir más allá de entre las sombras. Incluso estas dejan sus ecos efímeros como una mancha húmeda en el asfalto.
Es preciso que recuerde. Se me viene a la mente esa voz por ahí... ¿Quién la dijo?
Sólo sé que hay un demonio oculto en mis sueños y que se alimenta de ellos.
Ese es el problema... ¡NO ENCUENTRO MI VOZ!
Se ha extraviado entre tantos recintos, ajironada como jerga vieja... Solía ser una bandera que ondeaba arrogante frente al viento en las alturas. Hoy apenas es un trapo sacamanchas.
Me he quedado mudo (...) solemne.
Avanzo desangrándome sobre estrellas astilladas, difundiéndome... perdiendo el sentido... perdiendo el sentido.
No doy gusto a nadie porque no hallo el mío.
(Carcaj-hadas: Listo estoy para morir, fusílenme con sus saetas columelares... díganle a Mema Tell que no me importa que sea ella quien juegue al tiro al blanco con mi boca, pero que me mate de una vez) Al menos aún existe una que cree en mí y eso me basta. Mi voz será de aire.
Ríanse mientras esta esencia desvanécese en su bosque de almas lerdas.
Hay un código en mí. Mas los libros de la vieja y nueva poesía no me dicen nada. No hay ningún secreto para vivir, solo ¿"seguir"?... No me conformo. Ningún personaje me habla, me han abandonado, estoy sólo y lleno de vacuos secretos. Es quizá nada más una visión de mi peor apocalipsis que culminaría con el fin de todo y nada. Ni la nueva ni la vieja filosofía me hablan en mi idoma. De sal será la sombra blanca que he dejado de arrastrar, quieta devorando la luz solar y a las estrellas de salitre.
Miro hacia la bóveda y se astillan mis ojos, se quiebra mi mirada traspasada y acetática se raya entre los aullidos de algún viejo lobo extinto.
Ahora sé que la óxida luz oval de un violín espía urbanizado descansa denso sobre el nocturno piano aciago que rasca el cielo. Así es un alma solitaria; o como un daguerrotipo profundo vinculado a un sepia más- allá repleto de empaquetados alaridos.
Debo cuidarme de los fotomediums que están en cacería mía y que caminan sobre un vil código, esta ciénaga de grafos.
Las almas solas, dicen, son hadas, polvos solitarios, cuerpos-sin-vacío ocultos en la verdad original: black&white. ¿Saben cuál es? El cadáver que todo cuerpo lleva adentro.
Semiotica Natura. Sublimes maniquíes. El rostro del rictus cotidiano. El horror vacui. A mask...
Mi voz será de aire... y el aire tiene peso.

martes, mayo 02, 2006

Flesh

No tengas pues piedad,
no me niegues la ira de tus ojos,
si me vieras, Amor, fulmíname.
TOMÁS SEGOVIA
Heaven is forbidden
But I´m going soon
Kiss me one last time
Before I take my flesh away
Heaven is forbidden
But I´m going soon
Kiss me one last time
Kiss me one last time
PAUL OAKENFOLD


En la orilla del infierno...


(El Fulminado) -¿Verías si me vieras hoy, en estos ojos
aquel límpido asombro?
Vuelvo a mirar
¿Cómo decirte, Amor, que este pantano amargo
no es sino aquel torrente de pureza
y que este humo acre es aquel fuego?

-Ese es el rastro del rostro fugaz. El Cielo te es prohíbido. Probaste la dicha, caíste ebrio.
Cierra los ojos.

-Estoy ciego.

-Asombrado: Deja flocerecer en ti envuelto en el amor la suave dicha.

-Tengo un vicio en la memoria.

-Poco saber. No más. La memoria es un sueño de signos combinados. Vendiste tu canto por un alma que te ha olvidado.

-Mas está salvada.
-¿No te das cuenta? te tragas tus palabras, esos monstruos que escalan tu garganta. ¿Mas, puedes digerirlas?
-(...) No.

-Hora de abordar tu destino, Orfeo Semiótico. Bebe de aquellas aguas y olvida.

Las ondas del río eran solamente signos, una red de garabatos necios. Afuera, el sol brillaba con su natural incadescencia.

lunes, mayo 01, 2006

Caronte

Pero cuánto pavor,
violenta alma mediata,
te infunde todavía esa burlona voz
que a solas te susurra "estás salvada".
TOMÁS SEGOVIA
Hearing: TouchDown- Mark Norman
Summer Rain- ATB



En el Infierno

[¿Me habrá engañado otra vez Perséfone? Es muy pronto para ir pensando en eso.]

-Carón... Esta vez no traigo ni un óbolo que vomitarte.
-¡Pasa! Mas si vuelve a ocurrir me cobraré tu alma, héroe sin nombre.
-Como gustes, tú ponle precio...
-¡Calla y sube, mortal infame! Que el tiempo no discurre igual en el reino de las sombras.

[Hasta por morir hay que pagar qué diablos]

Cuántas Eurídices habrás perdido ya, Orfeo, hazte la pregunta y ya no vuelvas... Ofrécesles la luz del cielo azul y tu desesperación las condena en las tinieblas, para siempre. Tú sabes bien que no se hacen tratos con el Hades, es una recomendación profesional. No ganarás. Helas ahí, a todas, bordeando el Aqueronte, aterradas sin saber siquiera cuando volverán a sus celdas o a beber del profundo Leteo que les promete una nueva carne.

-¿Cuántas almas se han disipado ante tus ojos, sombra errante... ¿Quién es ésta?
-No te importa saberlo, gris barquero, tan sólo llévame a la orilla.
-Tú sabes que mi furia no permite que te hable, pero saberlo considérolo justo, no tardará en regresar, las sombras están condenadas a habitar sólo este reino, ¿hasta cuándo vas a entenderlo?
-(...)
-¡Ja,ja,ja! -La risa de Caronte remendó el cielo infernal en ecos que despertaron de su limbo a los que nunca descansan. ¿O no me digas que sientes celos por que los rayos del sol sean los primeros que toquen a tu mujer luego de un periodo de tinieblas y frío?

[¿Debo confiar en la reina aunque sea esta vez?]

-¿Hace cuánto tiempo que no tienes paz, Orfeo? Canta algo para ti, sublima tu ego, desafía a las divinidades...
-No cantaré esta vez ni para ti ni para nadie, barquero; mira, mi lira está rota además, ¿qué puedo hacer? Lo he olvidado todo, es el precio que pago por esta alma, no voy a renunciar a su nombre. Me está prohíbido el canto. ¿Qué no lo escuchas muerto allá?
-A su nombre, tú lo has dicho. Déjala aquí entonces y entona una elegía, despiértala... Tu destino ni ha muerto ni es tu esclavo... No, no...
-Sobre mí tú nada ejerces... No puedes convocar mi voz siquiera.
-¡Recordarás! Y libaré el sonido de tu llanto con la misma sed de un íntimo demonio.
-¡Cómo quieras, Carón! No hagas más largo este viaje y llévame a la orilla.
-No está en mí llegar ni arrebatarte, la misma luz que te da vida habrá de demostrártelo.

[¿Habrán sido apariciones las otras veces habrán sido hologramas simples para contener mi llanto para sosegar mi pena habránme engañado aquella y una y otra vez los dioses del submundo habrá valido la pena llegar siempre hasta aquí y arribar ante el sol sin nada tan sólo un grito y una faz de humo consumiéndose asustada habrá sido en vano existirán aún sus sombras por qué se burla éste?]

-¿Por qué te gustan las ninfas, oh confeso Vate?

-No entenderías lo que es esta sencilla gracia equilibrada que nada ejerce.

-Sin embargo siempre llega Aquélla y te las cobra caro.

-Es el precio, quizás. Mas esta dicha no engaña, nada quiere.

-Todo tiene su precio, oh eterno joven, todo aún en el Infierno, hasta lo muerto como un aire espeso lleva su etiqueta... ¡Deberías mirarla, ve como sonríe! Mira como siente las caricias de la luz, la calidez del mundo tuyo...

-¡No me engañarás, demonio, calla!

-No olvides que yo conduzco esta barca, ya que tu no quieres remozar mi ritmo. Si no fuese por mí, tu peso ya la hubiera hundido.

-¿Desde cuándo has sido una tentación, Carón? ¿Dónde quedó tu furia, tu mirada aguda de pimienta que castiga a las almas?

-Te has vuelto muy listo. Te estás llevando a tu luna.

-No tiene nada que hacer aquí, donde lo único que brilla es sangre derramada allá arriba que gotea hiriente y metales finos que nunca lograremos arrebatarle del todo de su seno, a la Tierra.

-Es el tesoro de Hades, pequeño, tienes que vender tu alma en vida para poseerlos por un ínfimo instante.

-Como sea, no me interesa, detrás de mí me sigue la mayor dicha.

-Tú lo has dicho, niño. "Y pensar que fuiste hasta tan lejos a remover la noche y poner en desorden los caminos." Cada movimiento cuesta caro.

-Tengo ya el plano donde situar a cada estrella, cada una con su nombre.

-Has estado solitario tanto, tanto tiempo... dime, Voz etérea, ¿no sientes la eternidad acunada en el Averno?

-La Eternidad culminará con este canto que viaja aquí adentro.

-Mas ten cuidado. Las sombras se deshacen con la noche... Hemos llegado. Desciende y no vuelvas más, hasta que te toque la muerte con su gélida palma, el corazón.

-Hasta entonces, Carón...

-¡No olvides tu alma!

-Sé que viene atrás de mí, buen intento.

-Nunca cambias, oh poeta desconfiado.

-La poesía ha ya muerto en mí.

-Tú lo has dicho, se te olvidó el asombro.

[No oigo sus pasos no siento su roce ni su calor ni su frío divina gelitud inmunda que no sea traicionado ya falta poco la luz se hace inmensa me entibia la mirada que me fluye cosquilleo en mis mejillas tiemblan y no la siento no sé si viene lo que venga atrás de mí que habránme vendido los dioses]

Has perdido el asombro oh, inmune Orfeo, desconfías, ¿dónde empeñaste tu canto? ¿Se lo has ofrecido a la Muerte que no lo vive? ¿Se deleita la Muerte? Tu voz se ha muerto. Ahora voltea y mira, ya ha pasado el tiempo suficiente para que el sol la haya bañado y le haya tendido su túnica dorada.

[Te espero oh Eurídice vuélvete carne y abrázame entre tus dedos helados ven no te siento ¿puedo hablarte? nunca mencionaron que no podía llamarte pero mi única manera de invocarte es cantándote ¡no! es una condena ¡Hazte de mí!, ven.]

Silencio y un banco de niebla oculta la radiante faz celeste.

-Me he quedado ciego, amada mía, ¿pero al fin puedo abrazarte?

Eurídice no reconoció su extraña voz y se marcho sin recordar, sin saber, oculta en la sonrisa.

"Está salvada" pensó y murió al instante.