sábado, agosto 18, 2007

Consumption Fucktory

Calvarario No. 106
Consumption Fucktory


Era una aldea de tejados verdes:
Flores de ninfas juguetean en los jardines
Labios de sol sopean sus enaguas
Raíces ductas de retoños minerales

Avanzo y voy nombrando con mis manos:
Con las uñas abstractas del presente
Rasco el tiempo pasado en el leproso migajón albino del futuro

Anónima resaca...
Como beber la infinidad de un sueño
Y escuchar una canción de limbo dulce en la cuna anegada de misterios
Ahí donde el espíritu descansa pendiendo de la aguja segundera insostenible
Donde se guardan los deseos en diminutas cajas musicales a las que hay que darles cuerda
Para que brillen pulsares de requintos en tus ojos
Esos ojos pluvios de alcoba construída con los mártires huesos de hadas y de elfos
O un extraño hacedor que para no aburrirse dormitando con la muerte
Al despertar
Convoca, a fuego lento de las notas, la voz hermana de los dioses y los diablos
Y se alimenta de los frascos que contienen entes en conserva en su salario

Ahora habito una ciudad sin cielo azul ni blanco
De cuencas formas lisas y de brillo rutilante
Que se rasca la roña de resaca singular de tiempo
Con las garras leñadoras de una edad antigua:
Doce dioses de carne uniformados son su sustento

Yo soy el peatón de aquello que transcurre por los suelos
La sierpe voz de caucho cuya piel se muda
Sobre el asfalto de sombras percudido

Avanzo y voy nombrando con mis manos:
Polígonos amargos vinagretos
El pollino del leñero ha muerto y su lugar lo ocupa ahora un metálico rebuzno
Que detiene su furia de rutina
Y espera como triste cazador profundo que sus víctimas aborden su omnívora hambre de distancia

Atar ateos a tus torres no te da ningún prestigio
Allí consumo el arte de vivir con miedo
A tus espaldas, en el parque calvario de las consumaciones
Do despréndese en tus cúspides el humo de tus muertos
Proletarios devotos del silencio aplastados por el aire

¿Dónde habitan las niñas que fabrican sus besos?
A las 6 ó 7 de la noche esperan cuando salen del trabajo
A espaldas de la Fábrica en el Monte para M-E-D-I-R de hinojos tu destino,
Fieles costureras de la piel
Sí que saben planchar las arrugas de tus sueños que remiendan a tu cuerpo parchado de animales dudas, sed urbana salina de sombras capicúas

Desnudo es su uniforme laboral
Preñada su orfandad es hueca
No retener el hambre y codiciarlo como perros
Es su puesto destinado

Hay oraciones que las deidades etéreas han envasado en epitafios sin dueño

Más nutren la fe en lanzar la prima piedra y esperar que no regrese
Pero la ley de Murphy siempre es implacable

La Fábrica de las Consumaciones está abierta
Tú eres la próxima Vacante
Vulva voz de fuego rubio que ahora buscas tu oráculo en periódicos
Y de acuerdo a tu instinto maternal pretendes encontrarle sentido a lo que has leído
Mas recuerda que las voces te han abandonado
Ya no procede un vaticinio del infierno, así como el paraíso
Hay un infierno clausurado
Sólo un megáfono en un poste dicta la única verdad que ves apantallada sobre tus mismos ojos


Fuera del parque, habitas en un cementerio vacío lleno de signo en las esquinas
Regresas a la cuna, sueñas edipo que tu madre recoge en sus palmas milagrosas esta pesadilla
Que contraes de día a día

Mambrú se fue a la guerra,
qué dolor, qué dolor, qué pena...
Me he subido a la tumba,
qué dolor, qué dolor, qué tumba...


En caja de terciopelo arropa su duelo con tapa de cristal
[Para mirarte] (Ves que te mira?)
Gritarle (ya) no tiene eco
Eres un suspiro seco como una tabla rasa de reliquia olvidada en el desierto

Un biberón de etiqueta insertará en tu boca :

Ahora duerme y succiona
La blanca sustancia que aliviará la resaca con la que despertarás al otro día.

jueves, agosto 09, 2007

Lavandería Servida (En las crónicas malditas de María La Muerte)

Devoras tu tristeza como el pan de cada día.
Un amargo panal bisbisela tu sustento.
De sol rapaz tus brazos relumbran devastados
En la mesa de fuego donde amor se ha consumido.


La traición del doliente tu oreja ha cercenado.
Dos goteras de vino caen
Candentes en el vaso empañado de tiempo
En una rosa derramada de agua y sangre melcocha.

Soy la culpa pagada en abonos de silencio,
Sahumado, facilito, atrapado
En la cofia telaraña que sazona tu aliento.
¡Hay que hervir y sorber amarillas las patrañas!

Dos viudos platos de sombra hay servidos
Sobre el nupcial ataúd de tu vestido negro.
Regresas sin alma, te sientas en el centro,
Me invitas una copa que rechazo sin cuerpo.

Las persianas de carne nuestros huesos ocultan
-¡No te voy a querer sin la grey de tus garras!
A mediados del siglo dejé quizás de amarte
Amurallado en el sueño de tu boca maldita.


Ya no quedan testigos. Nos sacaste los ojos
Vulgar lechuza prieta que condensas la noche.
Volabas de bosques en bosques sin pasado
Metida en la bruma de mi vida sin lecho.


Ahora descansan nuestros húmedos restos:
Mancha gris en el mantel
Que los domingos de laundry jamás han descarnado.