"No se puede ir lejos en la amistad
si no se está dispuesto a perdonarse
unos a otros los pequeños defectos."
LA BRUYÉRE, Los caractéres
-Cuando no hay ni yo ni tú,
¿quién es el que quiere ver?
La calma y la solidez te hacen fuerte me dijo el viejo sabio. Y alguien me dijo alguna vez: "Jandro, tranquilo" por medio de un caracol sonriente. Lo entiendo ahora con humildad.
Ya está dicho. Sigo firme sobre mis antiguos cimientos. Para actuar hay que estar tranquilos y estar preparados. Firmes y dignos.
La imagen del vagabundo se disipa en la lejanía, en la soledad del horizonte. Esa imagen no me queda, me di cuenta gracias a que pude reflejarme a futuro en otra persona si eligiese ese destino y en verdad que es desintegrador. Aún así llevo mi casa en el corazón. Hay que aprender a sentir de golpe todo y no guardar rencor. Aún así, el vagabundo volverá de vez en cuando y pediráme asilo que no voy a negarle aunque se ponga en mi contra.
El hombre que seré algún día surgirá de este enfrentamiento conmigo mismo. Nadie sabe que clase de hombres son los que se enfrentan a sí mismos, sólo yo, que mirarme a mí mismo no puedo más sí conocerme desde mi interior. Ambos hombres búscanse en la niebla y no precisamente para darse un cordial abrazo.
El hombre que seré a mí se parece.
El hombre que seré toca la puerta, el hombre que seré lo espera y le abre.
El hombre que seré mírase a sí mismo y se reconoce en un extraño.
El hombre se parece.
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