Es alarmante, puse el título en mayúsculas... Pero el dragón se aleja del cielo: es preciso retirarse a meditar. Ya no sé con qué motivos, ya no sé con qué certezas, solo, conmigo regreso a la ermita.
La suerte no está de mi lado y mis fuerzas se agotan... todo lo dí de mí y siento que no he dado nada, todo lo que construí se vino abajo; todo en lo que confié... De qué me preocupo, así les pasa a todos. Y no soy la víctima, tampoco el villano, sino un colateral más de las bromas del destino.
Me retiro en forma noble. Libertad para vivir en soledad. Retirarse es lo que exigen los tiempos (aunque odio esa imagen del cangrejo a la defensiva) y prefiero verme en retirada pero en calma; no alicaído, sino firme y con la mente diáfana para poder avanzar y dejar todo atrás.
Pero no me he purgado de mis miedos totalmente... tendré que enfrentarles en soledad... ¿Nunca tendré paz? Hubo un momento, siempre los hay, cada etapa tiene un locus amenus. ¿Qué sigue ahora? Lo que me dicen, al final no tiene efecto en mí, siempre dudaré teniendo la certeza de que todo fluye bajo su propio peso.
Me retiro para quedarme en silencio para volver a ser dueño de mí, de mi silencio. Ya lo perdí todo, qué más puedo perder... nada... en realidad, jandro se está muriendo (antes de tiempo) y nada lo puede retener, nada.
(Esta es mi situación: ¿? Mi brújula está embrujada y mi barca, se hunde)
viernes, febrero 24, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario