martes, julio 17, 2007

LLaga de Agua

Los fantasmas pueden ser muy feroces e instructivos.
FLANNERY O´CONNOR



Yo soy un fantasma. No es un supuesto, es la infame tesis de mi vida. Un abismo ancestral reafirma el deambular de ruinas sobre la carne y este rostro de roca envuelta en frío celofán inherte de agua y fuego.

Escucho hoy la voz sofocada de la ciudad que se agita. Las nubes oriflamas cubren el cielo aparente... Sin este par de micas en verdad te lo digo, espejo de mi sombra, no existen las estrellas. ¿Y para qué nombrarlas si pretendes no escuchar las coordenadas del silencio?

Voy penando tus andares profiriendo huellas de caucho liso que limitan la memoria de esquina a esquina en derraparte. Mas no pretendo saber en qué rincones más oscuros de ti misma he de encontrar la galería onfálica de tus misterios. Sólo sigo el camino. ¿Por qué he vuelto a este instante?

No soy una mentira. Soy la fiebre ancestral lúdrica en tu boca. Esa larva de tiempo que descansa en tus ojos, soy el aire en tus dedos que a tu vientre delinean. Me enamoro del hueso que sujeta tus muslos, grial de sueños silentes de cuchillas raíces.

Un fantasma es el viento, su presencia marchita, luz sin aire sin sueños, navío blanco sin boca.
Una mancha de cuerda impulsada sin dueña, feroz línea instantánea paralela a tu muerte.

Hubo en ti aquella muerte... Ahora no estás para recordarlo. No eres más, ni lo otro, sino algo más tenaz que la memoria. Escapaste sin razón de ese vacío y ahora eres el hueco de tu nombre en estas hojas, en estas horas muertas que describen tus recuerdos en este solo espacio al que llegaste (pueda ser que) por instinto. ¿Quizás un murmullo en su enferma memoria? ¿No te has puesto a pensar que aquí hay cristales a tu alma? Aquello gris que se empaña ante tu insípido aliento es tu invisible y parco reflejo. Esas manchas de vidrio limitan tu silueta, congelan tus deseos, los que crees encarnados. No podrás regresar al reino de las sombras y condenado andarás tropezando con nada, mustio ante sus ojos.

Dicen que cuando un fantasma congela su mirada fijamente en algo, es que está evocando lo que más amó en la vida. Pobre ingenuo, aquello que abandonaste no te será jamás devuelto. Pero los fantasmas no se dan cuenta de estas cosas y continuarán devolviendo por instinto el rito fiel al pasado.

Los fantasmas no recuerdan a sus dioses y los diablos hacen caso omiso de ellos. Ser un fantasma es ser positivista. Quieren arraigarse en el futuro pero a veces ya no encuentran un pasado favorable a sus murmullos y lo niegan recordando el olvido a veces tan prohibido a los mortales.

Un fantasma es como un sueño quizás, soy la lluvia, el granizo que golpea en tu celda como mil y un yelos ojos que resbalan en la escarcha sutil de tu ventana de arena. Soy el trueno distante, la tormenta pasada que llevóse los miedos, la tristeza en tus lágrimas de esos lagos de cielo.

Me detengo y me voy recorriendo la lluvia, el camino que fluye sin memoria y sin tiempo. Pude verte dormir pero ya lo he olvidado. Regreso al mismo punto donde todo empezó. Sentado en los escalones, el único lugar que puede dar principio a esta historia sin dueño y sin tiempo son estos escalones en los que estoy sentado ahora, donde recuerdo que sentía el impulso por las ganas de fumarme un cigarro que de pronto olvidé y comencé a caminar ¿para conseguir uno al menos? La ciudad es la noche.

...

¿O no serán estos recuerdos memorias empañadas de mi invisible urbano aliento? No ha cesado el mismo ruido, hojas de arbustos lastimadas por alguna gota errante; un viento lejano que se ahoga enredándose en los pinos, cascadas de luz prístina deshacen las marquesinas; ahora que recuerdo, es como si no hubiese despertado nunca de algún sueño eterno. Pasan semanas y semanas diluviándose las horas y yo, aquí afuera no duermo y no encuentro lugar donde refugiar esta soledad que tirita de frío, o que recuerdo tiritar de frío alguno. No veo salir a las personas. Estoy solo en el mundo.Y sin embargo, no voy a despertarte, yaces tan dulce. Ese instante nocturno aunque me muera aquí sombrío no voy a arrebatarte.

¿Y quién dijo que no, que los fantasmas no sabemos de infierno? Olvidar sus recuerdos olvidados... Es una lluvia nórdica, sobre mojado tropical. Escuchar ese ruido de mar sobre el silencio, esa ola lunar que nunca, nunca llega a tierra pero que ya te está revolcando sin dejarte arrodillar en ella... El paraíso está en tus sueños. Procuraré (...) no despertarte (...) para que no salgas a caminar, mujer, bajo la lluvia, recuerdas... (...) Mientras soy este abismo que se llaga de agua, no salgas a caminar, mujer, no salgas.

No hay comentarios.: