lunes, julio 04, 2005

Laberinto

Perder mi personalidad para perder el afecto. Desasir el lazo para evitar la fricción que lastima. Me piden cambiar mi forma de ser para poder dejar de querer. ¿Cómo no tomarme las cosas que hago en serio? Si de eso vivo, del instante intenso. Yo no doy nada a medias. O doy o no doy, y no es que sea extremista, sino que hay cosas que no son a la mitad.

Si no doy es porque de plano, no me interesa estar allegado a... (eso). Pero, pues, es cierto, no es imposible, puedo tomarme en serio el desapego.
Tengan cuidado en qué es lo que me piden. Así como yo tendré cuidado en elegir lo que quiero.

Perder el afecto, alejarme. Eso es desapegarme. Y no me importa, no me importa, no me importa...

Quien se interna en un Laberinto busca una salida. Si no, ¿para qué perderse? Mas quien lo construye pretende que quizás halles el centro, mas no que salgas. Si no, ¿para qué especular cada pared? ¿Para qué construirlo? Pero, también, ¿para qué entrar y no salir? ¿O para qué salir? Quien lo construye juega con tu tiempo. Su diversión, que no salgas (quizás, o que te internes más) Mas tú entras o lo observas desde varias perspectivas y el reto aceptas. Sustituí el hilo de Ariadna por la brillante cauda de un cometa. Para no perderme, incluso a mí mismo en este juego serio. No hagas Nada nunca si no lo harás en SERIO.

No hay comentarios.: