Antes de Todo...
J230605
Así me despierto confundido en una extraña soledad. Hoy me desperté buscando las llaves de mi auto no sé por qué motivo, sin saber ni en dónde estaba y sin saber ni para qué, siquiera... Tan sólo un impulso despertado. Me recuerdo que no me recuerdo ni como llegué ahí; de dos a cinco segundos esa terrible sensación apodérase de mí hasta que de pronto una chispa conocida desarruga mis ojos como una hoja en las manos de un desesperado.
De pronto, el dolor, la ausencia de aire que punza en las brasas de mi corazón consumidas tras arder por la mujer que amo e inflama mi locura. Y lloro como una pira mojada y ardo cual hielo seco frotado en el asbesto rechinando ásperas lágrimas.
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