En una piedra en el zapato habíame convertido. Sí. Ya entiendo muchas cosas. Tanto me fragmenté que logré pulverizarme hasta convertirme en arena, en corpúsculos molidos de vidrio. No hay peor monstruo que eso, pero salgo. Sí. Sin querer estuve mordiendo voraz ese talón, quizás haciéndole daño. Pero ya, no trataré de oradar más esa montaña. Ni elevarme sobre ella. Me iré de largo y "so long".
Vale más camuflarme en el viento. En mi cerebro, la imaginación absorbió la técnica. Bueno, al menos tuve fe, creí, tuve fe en lo que quise, pero no es suficiente la fe contra el albedrio. "No es lo que eres por dentro lo que te define, sino lo que haces." ¿Cuánto mal he hecho? ¿Qué tanta maldad he sentido?
Enfrento mi temor... pero ya no voy a usarlo contra mis amistades como si fueran mis enemigos. Ese era mi error. Ahora lo veo.
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