martes, abril 04, 2006

Un dios atroz

Nao vale a pena
Fazer um gesto.
Nao se resiste
Ao deus atroz
Que os proprios filhos
Devora sempre.
F. Pessoa



No vale la pena hacer ni un gesto. No se resiste al dios atroz que los mismos hijos siempre devora.

En respuesta a la inutilidad del horario de verano que lo único que logra es desfasar el tiempo de los mexicanos y descomponer nuestro biorritmo. En fin, cuando sea presidente acabaré con él, como Zeus encadenó a Crono, su padre en el Tártaro y se quedó con el Olimpo. (Nada que ver con la personficación del guardián del tiempo, aunque siempre me ha gustado pensar que Crono, confundido con Chronos, el tiempo, devoraba a sus hijos para que reinase así por siempre, el orden del caos... Va por ahí, va por ahí... Es hermosa la metáfora trágica de que ni los dioses siquiera pueden sobrevivir a la inevitabilidad del tiempo.) Igual, a todos nos gusta tener esa imagen de Saturno el titán devorando a sus hijos...

Sin lugar a dudas es un titán el tiempo, incorpóreo y serpentino se formo a sí mismo al principio de... ¿los tiempos? En el principio era el caos y así empezó toda esta revoltura inevitable al unirse con la madre de la Moiras, Ananké haciendo presión sobre el huevo primigenio, la materia prima incubada en nuestros genes, los orígenes del trascendente Big-Bang. Es lo más cierto, sin duda pero discúlpenme, el Big-Bang también es un mito... comprobable pero que bonita historia nos cuentan los científicos a partir de esa teoría reproducible en menor escala en un laboratorio y demasiado creíble dentro de un ordenador por medio de la magia del silícico fuego virtual transmitido en los mejores canales productores de documentales...

¿Cómo imaginar un ser incorpóreo y serpentino? ¡Bang! Dime si te di en el corazón... Las fuerzas del destino y el tiempo que sujetan al Universo, controlan incluso la duración de los dioses. ¿No les parece fantástico que ambos estén entrelazados en una espiral en torno a este huevo primigenio? La espiral es la forma de la vida. Me parece más fantástico y paradójico pero eso es real, que la espiral se esfuerce en tomar forma vertical, siempre hacia arriba, sujetando la herencia en cada hélice.

¿Cómo imaginar un ser incorpóreo y serpentino? ¿Acaso nuestra memoria genética nos quiere decir a nosotros, seres expulsados del incosciente, que existe incluso un código genético de la materia que gira y se mueve y se transforma a sus anchas en el universo? Creando mitos creo que voy llegando a la verdad en medio del caos... Me suena a pleonasmo decir "en medio del caos." No es mi culpa, más pleonástico es la palabra misma, Caos, que significa vacío que ocupa un hueco... esta palabra procede de otra, kaino, que significa "abrirse de par en par"; bien, podría ser el Aire, esa materia incorpórea, ese hueco necesario.

El Caos es pues ese espacio vacío entre un lugar y otro lugar, ese intersticio entre una y otra molécula, entre una y otra célula cerebral, entre uno y otro ser humano... La sinapsis es la comunicación venida a su acercamiento, ese puente, ese espacio recto, es como una energía magnética un puente, esa solidez sobre el vacío, sobre la nada incorpórea. Si los puentes que a pie cruzamos fueran invisibles, mejor lo entenderían... pero cuéntenlo por horas: nona, decima y... Me aterra pensar que una Moira extraña tenga el poder de cortar el delgado hilo, morta: Átropos o Acherontia, prefiero verlas batir su melancolía en otra parte. Nacer, crecer todo lo posible y morir... Esa es la única verdad, déjenme vivir en paz, déjenme soñar o déjenme dormir.

Sólo la Naturaleza es divina, y ella no es divina... Hablar de dioses, por lo tanto, significa hablar de otras deidades y engendrar a otras a partir de cosas, espuma, piedras, ramas, falos... Hablar de deidades es darle forma a lo que no lo tiene, pero hablar o decir que algo es incorpóreo en mi época significa que su forma es informe, que es visible como la mancha voraz... ¿Cómo imaginar un ser incorpóreo y serpentino?

Sigamos en el Caos, de él, incluso el tiempo y todo parte. ¿Cómo imaginarlo? No podemos negarnos imaginar que podría ser una matriz, un bosque vasto y oscuro, la cueva que nos lleva al vientre de la oscuridad; el Caos es el vacío que ocupa un hueco, es pues ese hueco necesario el vientre materno, un abismo sin fondo donde cae perennemente todo; es un espacio que separa o divide y no hay posible orientación ¿en torno? a ¿éste...

El Caos es como cada pregunta, es un vacío y es un hilo, un algo tangible, un puente que separa y divide... Como nuestras palabras, en medio del vacío, el sonido y nuestro aliento y se hunden en cada resquicio, succionados son por laberínticos huecos, pr ejemplo, mis míticas orejas que guardan mis oídos...

Empecé por el tiempo y terminé por el Caos, nunca con el Caos... No puedo ser tan ufano, a pesar de que siempre sea tan violento contra su forma y a fuerzas quiera molderle a mi imagen y semejanza.

Desde el principio ha sido el Caos y no se ha dado forma a sí mismo, sólo ha dividídose y proporciona su energía por medio de ilusiones hecatónquiras. Mas cuando todo esto termine, será igual al principio...

No vale la pena hacer ni un gesto... nada se resiste al dios atroz...

La espiral asciende como la gloriosa danza de dos dragones impetuosos... Trasciende pues una danza inevitable, esa es la primera necesidad, todo se comprime en dar(le) muchas vueltas.

No hay comentarios.: