Me preguntaron una vez que si creía en Dios y al no saber que responder debido a la muerte de la Oración dije que mi manera de acercarme a Él era la humana Blasfemia que sustituyó a la divina difunta.
¿A qué me empeño si incluso el tablero está contra mí? Se acaban mis piezas y pocos peones tengo para convertirlos en reinas. (No es nada homosexual esto, aclaro)
Nada de eso.
Les traigo paz...
Mas ahora la guerra se avecina por una ventana rota... (en nuestros tiempos, por una que no sube.) Ya me imaginaba la reacción temida y por más responsabilidades deslindadas la Furía recáeme en todas drecciones... Pero si no pasa nada, tan sólo cuesta y eso es lo bueno, malo que no costara por no tener ya compostura.
Mañana a ver que pasa. Pero sí, es cierto que la ventana debe ser reparada.
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