Miles de pantallas planas blanquiazules (no les digo albicelestes porque luego se me vuelan, azulitos de sololoi) me dictaron el futuro: "Para que mañana sea mejor que ayer". ¿Y HOY (ya) se les olvido? Entonces, discúlpeme señor presidente (con todas las ganas de matarlo, es una broma seria, pero mejor regrésese a su rancho) no pasa nada, si no hay conexión viva, el presente, entre el futuro y el pasado, no sucede nada... "Error: porque lo distante no es lo cercano, y acercarlo es engañarse." Olvídese de toda su campaña y empiece a recoger sus tiliches, y a su vieja, llévesela lejos, lejos, lejos, dónde no perturbe más a la Nación con su insultante presencia. Sea cabal, mas no Peniche. (Te tengo algo guardado, Calderón. Regrésate al abismo del cual te llamaron, pintabardas maniqueísta y quiromante pentatonto; y no me vendas tu campaña, déspota.)
(...)
Y seremos miles... hibrídenticos y celosos, Motrices bestias arquetípicas menos reales que una flor. ¿Qué mora en mí? Soy consciente de que el animal y el hombre coinciden en mi cuerpo, yo, el ladrón de esencias, yo el pulgar destino.
¿Qué ninfa es el futuro?
Un vaivén de lentas sombras aproxímanse silentes:
Ciega tibia nube numinosa,
Profunda gris ternura sin solsticio:
¿Acaso?
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