El Alfarero le ha dado forma al vacío mediante la arcilla.
-Cobarde, ¿me has creado a mí pues no tuviste el valor para nombrar el desarrimo de tantas horas muertas?
-¡Blasfemo! Sólo quedará para ti la muerte con su soplo ligero...
Y de esa discusión brotó la palabra baldía sembrada ciegamente en el barro estrujado.
Sólo una señal vertical, una seña inmunda, digital, iluminó el ancho horizonte escanciando la blasfemia escrita en un juego de aéreos reflejos...
Abiertó el cielo está. Abierta está su carne, su costado:
Todo se ha fundado en el breve acontecimiento de un saludo tamizado.
Una larga cabellera resguarda su sueño y cubre negra, la herida.
¿Qué es el hombre no más si un tierno arrullo?
(Continuará...)
1 comentario:
pues igual no tiene qué ver con tu texto, sino con lo de los laberintos. me he copiado tu la berinthya pa leerla con calma! en fin, has leido "abenjacán el bojarí muerto en su laberinto" de borges? después hablamos.
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