domingo, enero 29, 2006

Heart Beats in The Fortress of Solitude

Hea-art beat. Hea-ah-art beat... Esta frase la pronuncio como un dolor en el pecho, como un último estertor, siempre un último. (Debería de estar escribiendo en mi IDEARIO, sobre mis secretos, pero aquí dejo esto, como testimonios sin sentido en este vínculo a la Fortaleza de la Soledad, mi fortaleza, este museico lugar en medio de la nada).

Where´s my kryptonite? Parece que la llamo como si fuera una adicción, una mala adicción. Pero es tan sólo una mujer que tiene (o tuvo) el poder de volverme loco, malo y me enferma el alma cuando también podría... No, me resigno, simplemente no puede... ¿somos incompatibles? Me hago a la idea. Dice que me quiere pero parece que me odia. De mí depende que no me haga más daño. No es sano estar enamorado del dolor. No estoy huyendo esta vez, simplemente guardaré mi distancia incluso de su holográfica figura y me retiro junto a mis recuerdos.

No más simulacros, no más realismo.

Decisiones simplemente.

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