Salió aturdida, como la noche y le mostró sus senos granulares y esparcidos, infinitos pálpitos galácticos de siembra refractaria. Blancos racimos de fuego en polvo estático, de muerta luz fantasma fotografiada en el empíreo cayeron cual maná si nombre exacto sobre su velludo rostro azul de miel crepuscular.
Salió cantando como aquél farsante francotirador de nuez moscada que jala la úvula de su ciclopeo rifle para que muerte vomitare a raudales invisibles sobre las sienes de él...
Salió en silencio acompañada por un séquito de grillos que rascábanse los élitros para encubrir sus pasos de tacón alto sobre los charcos oxidados. Subió en alta media noche y disfrazada de muerte asestó el último instante de café con leche y humo sobre el hombre sentado en la mesa del parque donde leía una ronda de noche.
(Fue su última, sin duda)
La mesa olía a jarabe de regaliz mientras una estampida de fibrosos bólidos de acero y caucho suturaban la vía de enfrente.
"-No tenía sentido, me dice, y es como sí lo preguntara.
-No tenía sentido..."
Y silbando la luciérnaga que giraba taladrando el viento se encajó en su última semblanza.
Herido se mareó y durmió al instante. Pagó con su última moneda, con su sangre.
Ella salió de noche y le mostró sus senos granulares y esparcidos. Él, de tarde en tarde por fin oscureció, infinito.
miércoles, febrero 28, 2007
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1 comentario:
ella sale de noche...
De dìa frota sus senos mirandose al espejo y sonrie pensado quièn serà el pròximo en su lista nocturna...
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