martes, septiembre 25, 2007

Año Muerto 1492 - Año Nuevo 1942

-Dicen que los americanos no saben nada de historia.
-¿Y quién los va a educar?
-La Historia...
(Diálogo en el tren eléctrico)



Y así sucesivamente... Una nación en expansión siempre es violenta. Y ahora que todas están de oro y sangre llenas, ¿cuándo se verán enflaquecidas? Aún libran las misma guerra, ahora invisible, en intercambios monetarios y usura alimenticia. Devoran lo que pueden, se apropian las semillas. Y por pasar nuestra agua por sus tubos de acero alegan ya que ésta es extranjera.

El Caribe, Tenochtitlán, Cuzco, Dakota, el Viejo Oeste, las Pamplinas; En el norte una guerra mortal entre hermanos, el sur cargó con todo; mucho antes la Central Europa y sus flamantes guerras púnicas, el Imperio de la luz en decadencia por los bárbaros y sus fronteras en el Cáucaso perdidas; luego el África, el Oriente Medio; Asia insular, la China, India; Las costas del Pacífico asiático arrasadas y arrasadas por las imperiales hordas del este; La Europa Central y Verdún; la Batalla de Inglaterra y el Reich utópico que duraría mil años; El oso ruso devora al lobo germano, lo destroza en su territorio. Cubierto han los cielos avispas naves que cagan con dulzura su miel de ácimo fuego. Una arbórica nube se iergue en los cielos luego de arrasar la vida en kilómetros... ya fue historia, por suerte.

Las Naciones que se sienten agredidas tienen derecho a bien vengarse. Son necios monstruos, ciclópeos ciegos, bestias vestidas de pendones que no conocen entre sí la humanidad que las compone.

Un guante blanco en poz de ataque es contestado con el tan terrible frío zarpazo de un puño de hierro, luego la hoz, el cuchillo, la bala, bomba atómica...

-Me quedo con lo tuyo, allá están tus canicas, estos son mis tiros, mis billetitos apostados, mi moneda cruzando la frontera, la línea delgada de tiza, y ganaré mientras más me acerque a ella.
-No mi hermano, si te fijas, el que gana es quien coloca la moneda en mera raya, neutral plancha metálica, neutral espeso plomo circular, divisa antigua que suplantó al diálogo del trueque y la negociación.

-Mi flota bombardea tu infanteria. Millares de pipiolos arden doloridos a lo lejos, mutilados por el gran cañón mercante que regodéase desnudo y fálico ocicón frente a tus inmaculadas playas.

las líneas enemigas bombardean tu porta-aviones. Todos, menos uno, morirán. La Historia sabe que siempre hay uno que relata esas hazañas que la en-visten "moderna". Hipérbaton incauto es esta guerra celestina. Todos, menos uno, morirán.

Las dunas arrasadas, metralletas, obuses, bombas, armas; tanques, chispas, hombres muertos. la radio cambia la oda por el odio en órdenes dictadas por la Muerte a un alto precio: "venganza a tu enemigo". Entre todas las naciones la agresión no se perdona: Naciones animales, brutas, gordas, flacas, en plena infancia, antiguas... saben que sobrevivir es lo contrario.

El petroleo, el Libro, Dios, en el mundo aún queda una santa ciudad que enloquece a los hombres hasta el cáncer. Ciudad de sacrificios. Cuántas almas esperan en tus suelos tu reino. Comprimir el flanco en llamas conlleva a un holocausto eterno. No es cosa de elegidos tanta muerte, irresponsabilidad filosofal es la verdad.

-Aún seguimos en el juego. me quedan: un, dos, tres, cuatro tiros. Te apunto desde arriba, que sude el vidrio de agua; estalla la mirilla, revienta el cristal, me quedo con el hoyo, conquiste otra trinchera; estás fuera del fuego. Tus tropas arden deslumbradas al chocar contra esféricas minas que liberan coordenadas de truenos y torpedos de culpas por el suelo. Silencio crudo en el umbral de la guerra. Gaviotas asesinas se banquetean las mariposas que del norte continúan en paz hacia el sur, hacia el olvido.

Mas el mundo es una gran metamorfosis, una enorme crisálida: un dragón emergente barrerá tus formaciones. Nunca es viable tentar a los ases del tiempo.

A merced de mis fauces en el fondo de las nubes brilla un sol en el mar, es un pendón flotante, insignia engañada. Como Ícaro, violetas para tus pieles y consumo a tu armada.

me hago de los mares, abofetée tu otra mejilla. No me queda más que esperarte con mi insignia divina hundiéndote en el cielo. Vengarte- vengarme: venguemos nuestros celos. Los sueños de ambos han de teñirse y serán fundidas en el pleito. 2 banderas desgarradas son las prendas de la Muerte "a la moda" y harapienta.

una cruz condecorada en el pecho es arrojada en la moneda... arrojada en la moneda... en la moneda arrojada... moneda arrojada al aire, arrojada en la tierra, quiera Dios caiga en la línea...
¡Oh, Dios mío! ¡Estoy en guerra!

No hay comentarios.: