Antes de amarte, amor, nada era mío:
vacilé por las calles y las cosas:
PABLO NERUDA
Mucho mejor si estoy pausado...
Como si detuviera el tiempo al parar a un taxi furibundo. Te encuentro. Vienes de muy lejos, como la voz recién parida que tañe el universo. Un chorro solar deshago con la sombra tibia de mi brazo. Desciendes. Alzas la mirada y no me encuentras. Finjo desterrarte al ocultar mi rostro occiso. Pides la mitad del cielo ante tus ojos...
Como si transcurriera el tiempo... Detengo tu mirada tránsfuga de líquenes reproches. Vienes de muy lejos, rutilante como la sílaba simiente de una diosa que se eterna del olvido, y preguntas por la hora que calculo pronunciar gramaticalmente endeble...
Nada era mío, nada. Vagabundo era sin sombra, sin dudarlo demasiado adjetivo. Demasiado adjetivo para encontrar al dios Verbo que colocara mi alma detrás de la tuya enredado en la cima de un adverbio sin causa, prometeico destino.
Como si destilárase el tiempo bajo grietas heridas que reliquean las sobras de tu voz mortaja bífida.
Nada...
Sólo pan desahuiciado por si olvidar respiro, un poco.
(...)
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